Volver al sitio
Volver al sitio

MIEDO: Experiencias desagradables del pasado.

Para algunas personas el miedo a nadar en aguas abiertas no es solo un miedo a algo que puede pasar o que creemos que puede pasar, si no que es un miedo a algo que les ha ocurrido de verdad.

Un acontecimiento o un suceso ligado a una experiencia emocional intensa es algo que se incrusta en nuestro sistema nervioso convirtiendo cualquier pensamiento relacionado con él en un momento de ansiedad, estrés o incluso pánico. Pudiendo haber sido en algún evento de aguas abiertas, o tan sencillo como en la misma piscina.

Pero una cosa hay que tener clara, el pasado no tiene porque ser tu futuro y tu puedes volver a nadar en aguas abiertas con éxito, al igual que miles y miles de nadadores lo han hecho después de experiencias traumáticas.

Hay que superarlo.

Pasito a pasito. Sin agobios. Sin prisa. Dependiendo de lo intensa que fuese tu experiencia siempre es mejor hacerlo fácil volviendo a tu propio ritmo. Si fuera necesario busca un entrenador de confianza, ellos tienen mucha experiencia en estos temas.

Por nuestra parte, te vamos a dar algunos consejos muy útiles a la hora de afrontar tu miedo.

Practica en un entorno seguro y controlado. En la vuelta a los entrenamientos en aguas abiertas mantente cerca de la orilla y siempre acompañado de un compañero. Ver que nuestro acompañante no reacciona igual que nosotros a los mismo hechos y realidades nos ayudará a darnos cuenta de que no pasa nada, no hay de que preocuparse y nos sentiremos más seguros.

Se pueden hacer excelentes entrenamientos aunque el agua solo nos llegue a la cintura. De esta forma nos podremos incorporar fácilmente y hacer pie si necesitamos descansar, tomar aire o simplemente relajarnos durante algún tiempo.

No hay ninguna prisa ni presión para tener que nadar más allá de la orilla, lo que necesitamos es sentirnos cómodos y relajados disfrutando de un día en el agua. No hay cabida para la vergüenza o el que dirán, ya que reconoceremos gradualmente nuestros esfuerzos y mejoras.

Tenemos un as en la manga. No dejamos de escuchar a la gente diciendo “Yo, si estoy en tierra firme y quiero parar porque tengo cualquier problema, no tengo mas que detenerme, respirar y relajarme, no me hundo ni me ahogo, en el agua es muy diferente”.

NO ES VERDAD. En una situación donde la ansiedad y el pánico se apoderan de nosotros en el agua, la forma más fácil y rápida de controlarla es simplemente darnos la vuelta sobre nuestra espalda y nos quedaremos flotando. Con un leve balanceo de pies y manos podremos respirar con facilidad y relajarnos viendo el precioso cielo que nos observa.

Y sí, debemos tener en cuenta que hay olas o corrientes y nos pueden desestabilizar, pero con unas pequeñas patadas de espalda nos permitirán recuperar nuestro equilibrio. Pero como siempre, practica, practica y practica. Debemos practicar la postura boca arriba en la piscina o en la orilla, nos acostumbraremos a la sensación y de esta forma sabremos como volver al estilo que estábamos utilizando con más rapidez y confianza.

 

Anterior
¿Miedo a nadar en aguas abiertas?
Siguiente
MIEDO: Temor a lo desconocido
 Volver al sitio
Uso de cookies
Utilizamos cookies para mejorar la experiencia de navegación, la seguridad y la recopilación de datos. Al aceptar, acepta el uso de cookies para publicidad y análisis. Puedes cambiar la configuración de cookies en cualquier momento. Saber Más
Aceptar todo
Ajustes
Rechazar Todos
Ajustes de Cookies
Cookies Necesarias
Estas cookies habilitan funciones básicas como seguridad, administración de redes y accesibilidad. Estas cookies no se pueden desactivar.
Cookies Analíticas
Estas cookies nos ayudan a comprender mejor cómo los visitantes interactúan con nuestro sitio web y nos ayudan a descubrir errores.
Cookies de Preferencias
Estas cookies permiten que el sitio web recuerde las elecciones que has realizado para proporcionar una funcionalidad y personalización mejoradas.
Guardar